La preparación física está comprendida por varios factores: la resistencia cardiovascular, la fuerza, la flexibilidad o la coordinación de movimientos.
Todas estas cualidades se consiguen mediante la práctica de ejercicio físico de forma regular, además de una serie de hábitos saludables directamente relacionados con la alimentación.
En definitiva, la preparación física hace referencia al mejoramiento de las cualidades físicas en general.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que el principal objetivo de una buena preparación física es la salud. En este contexto, es aconsejable llevar a cabo una buena alimentación, realizar los entrenamientos de forma regular y con una metodología adecuada supervisada por un entrenador deportivo, ya que una preparación física mal planteada puede llegar a ser contraproducente.
En Equipo os recordamos que uno de los principales riesgos de salud a nivel mundial es la inactividad física, por eso os dejamos por aquí algunos consejos:
- Camina. Si no tienes que desplazarte muy lejos o puedes ir caminando, no lo dudes. Si por el contrario dependes de algún medio de transporte prueba a aparcar antes o bajarte un par de paradas antes.
- Desconecta de tu rutina con ejercicio. Después de un largo día de trabajo o estudio, aprovecha y rescata tu bicicleta para acercarte a algún lado o simplemente para pasear.
- Hidrátate: Intenta beber mínimo 2 litros de agua al día, te ayudará a mantener la vitalidad y mejorar tu salud.
- Alimentación: Crea buenos hábitos que te duren para toda la vida.
- No hagas siempre el mismo recorrido. Sal de tu rutina, atrévete con esa cuesta o esas escaleras que te dan más pereza. Descubre nuevos rincones.
Preparación más que física
La preparación física significa un cambio de mentalidad, un enfoque más centrado en la competición, en la prevención de lesiones, en aspectos técnicos, tácticos y de nutrición.
En Equipo te ayudamos a adquirir un mayor potencial preparado por profesionales y adaptado al deporte.
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