La fisioterapia es uno de los mejores métodos de rehabilitación.
Esta disciplina es alabada por facilitar la recuperación de lesiones. Pero, ¿es esta su única función? Los tratamientos preventivos de fisioterapia tienen por objetivo mantener a raya esos factores que pueden derivar en una lesión y también que, en caso de producirse, esta sea lo menos grave posible.
Además, es muy importante que el fisioterapeuta conozca las características del deportista (disciplina deportiva y su fisonomía), con sus puntos fuertes y débiles. Y por supuesto, en esta misma línea, conocer el historial de lesiones previas del deportista es de vital importancia de cara a minimizar los riesgos de recaída.

En este sentido, es muy importante diferenciar el entrenamiento funcional del preventivo. El funcional responde a ejercicios de equilibrio y fuerza, mientras que el preventivo está centrado principalmente en corregir o cuidar la higiene corporal. El entrenamiento es la rutina del deportista, y poner su planificación en manos del fisioterapeuta solo se puede entender como un acierto.
En resumen, realizar un trabajo de prevención fisioterapéutica nos garantiza:
- Minimiza el riesgo de lesión.
- Potencia el rendimiento.
- Mejora la musculatura y su elasticidad.
- Ayuda a afrontar la actividad deportiva con un estado de ánimo mejorado e impulsado por una condición física plena.