Si cuando acabas de comer te entra el sueño o te sientes más cansado de lo normal, probablemente uno de los motivos sea que tu alimentación no es del todo saludable.
Para evitar esto, muchas personas optan por productos químicos o estimulantes artificiales (como las famosas bebidas energéticas) para afrontar con más fuerza su día a día.
Que este tipo de conductas son poco saludables no es ninguna novedad, pero es que además, son innecesarias. La naturaleza nos proporciona por si sola excelentes fuentes de energía que muchas personas no saben aprovechar. Por este motivo, si estás buscando una manera de aumentar tu energía de manera natural y saludable, considera incorporar estos 10 alimentos en tu dieta diaria:

1. Frutas
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda comer 5 piezas de fruta al día. Pero, ¿qué tiene que ver esto con la energía con la que te despiertas?
Merendar o desayunar galletas, bollería industrial o cualquier alimento ultra procesado, hace que tengas fatiga o somnolencia. La fruta es una fuente natural de azúcares que tu cuerpo absorbe lentamente, evitando los picos de azúcar en sangre que te producen otro tipo de alimentos y que son los que te hacen no tener tanta energía o estar cansado después de comer.
Además, son una excelente fuente de carbohidratos, vivamos y minerales, ricas en fibra y antioxidantes. Estos nutrientes proporcionan a tu cuerpo energía de forma gradual y constante, lo que te ayuda a mantenerte activo y alerta durante todo el día.
2. Frutos secos
Los frutos secos como las almendras, nueces o pistachos son una excelente opción como snack rápido. Contienen proteínas, necesarias para construir y reparar los tejidos del cuerpo, grasas saludables, importantes para la función cerebral, y magnesio, necesario para la función muscular.
Además, los frutos secos son ricos en fibra, lo que ayuda a regular la digestión y absorber todos sus nutrientes, manteniendo un nivel de energía constante.
3. Semillas
Las semillas no son tan comunes en la dieta de las personas y son una opción muy saludable. La chía, el lino o el girasol son semillas ricas en ácidos grasos omega-3 y omega-6, fibra y proteínas. Estos nutrientes son esenciales para la salud del cerebro y del corazón.
Con las semillas pasa lo mismo que con los frutos secos, al ser ricas en fibra, ayudan a regular la digestión y la absorción del los nutrientes. Además, contienen minerales como hierro, magnesio y zinc, que son esenciales para la salud general del cuerpo.
4. Verduras de hoja verde
Si estás en déficit calórico y quieres aumentar tu ingesta de nutrientes sin añadir calorías adicionales a tu dieta, las verduras de hoja verde son tu alternativa perfecta.
La espinaca, la acelga, la lechuga o la col rizada son verduras ricas en hierro, bajas en calorías, ricas en fibra, antioxidantes y agua.
Además, son ricas en vitaminas B, necesarias para la conversión de los alimentos en energía utilizable por el cuerpo.
5. Huevos
Hasta hace poco, la recomendación sobre la ingesta de huevos era esporádica ya que se tenía la creencia de que era el responsable del colesterol en sangre. Sin embargo, actualmente se sabe que la causa de la hipercolesterolemia se debe una alimentación rica en azúcares añadidos y grasas saturadas, además de otros malos hábitos como el sedentarismo o el alcohol.
Los huevos son una excelente fuente de proteínas, vitaminas B y grasas saludables, como los ácidos grasos omega-3, que son importantes para la función cerebral y para mantener un nivel constante de energía. También contienen minerales como el hierro, que es esencial para prevenir la fatiga.
Al ser un alimento versátil y fácil de preparar, son una opción perfecta para aquellos que necesitan una fuente rápida y conveniente de energía.

6. Legumbres
Las legumbres como los garbanzos o las lentejas son la alternativa perfecta para las personas que quieren aumentar la ingesta de proteínas y carbohidratos de manera saludable y sostenible, ya que tienen un bajo contenido en grasas saturadas y colesterol.
Son ricas en proteínas, fibra, hierro, vitaminas y minerales esenciales, como el hierro y el zinc.
7. Pescado
El gran enemigo de los más pequeños en casa, el pescado.
Es uno de los alimentos más saludables que la naturaleza nos ha proporcionado. Si bien es cierto que no suele agradar a todo el mundo, nos aporta energía de forma natural por su alto contenido de proteínas de alta calidad, ácidos grasos omega-3 y minerales. Es bajo en grasas saturadas y fácil digestión. Por todos estos motivos, recomendamos comer pescado como mínimo una vez a la semana.
8. Quinoa
La quinoa es un pseudocereal rico en proteínas, fibra y carbohidratos complejos, que se ha puesto muy de moda en los últimos años.
Lo cierto es que los componentes de este cereal hace que sea muy nutritivo y su capacidad para proporcionarnos energía de forma natural es muy alta. Además, al igual que la fruta, no causa picos de azúcar en la sangre por su bajo índice glucémico.
9. Chocolate negro
Si, has leído bien, chocolate. Antes de nada, es importante que tengas en cuenta que el chocolate negro es alto en calorías y en azúcares añadidos, por lo que se debe consumir con moderación y como parte de una dieta equilibrada.
Esta maravilla dulce es rica en antioxidantes, que ayudan a combatir el estrés oxidativo y la inflamación en el cuerpo. También es rico en teobromina, que mejora el estado de ánimo, y contiene grasas saludables, que son las que contribuyen a mantener un nivel constante de energía.
10. Agua
Nos han hablado mil veces sobre los beneficios del consumo de agua, pero no todo el mundo lo asocia a un aumento de energía. En vez de recurrir a bebidas energéticas como mencionábamos al principio del artículo, hidrátate con el componente esencial del cuerpo humano.
Su importancia en el mantenimiento de la salud y bienestar es incuestionable. Una hidratación adecuada ayuda a regular la temperatura corporal, transportar nutrientes y oxigeno, mejorar la función cerebral y reducir la fatiga muscular entre otros beneficios. Se recomienda beber al menos 8 vasos de agua al día, aunque las necesidades de cada personas pueden variar según su nivel de actividad física, clima y otros factores.

Incorporar estos alimentos en tu dieta diaria no solo te hará sentir con más energía, sino que disfrutarás de otros muchos beneficios: mejorarás tu piel, la capacidad de concentración y dormirás mejor, entre otras muchas más cosas.
También tienes que tener en cuenta que cada cuerpo es diferente y que la nutrición es un tema complejo y multifacético. Por este motivo, te recomendamos que cualquier cambio importante en tu dieta esté supervisado por un profesional. En el centro contamos con el mejor servicio de nutrición en Gijón, reserva cita con nosotros hoy mismo (sin compromiso) y ¡Tu cuerpo lo agradecerá!.